Una mentalidad
sinérgica puede acabar con el conflicto en una orquesta, en un ensamble, en el lugar de trabajo, en el
hogar, en la escuela, en la sociedad. De ella pueden surgir chispas de genio.
Sin embargo,
existen fuerzas extraordinarias que intentan obstaculizarla. La
más difícil de superar es la del orgullo.
Es un gran impermeable que impide que la energía humana se mezcle y cree.
Existe todo un continuo de orgullo, desde el llamado síndrome NIN (“si No lo
hemos Inventado Nosotros , no vale nada) hasta llegar a la hibris que lleva a la caída de personas, organizaciones y hasta
países.
En la antigua
Grecia, se enseñaba que la hibris, o
la arrogancia extrema era el peor de los crímenes. En aquella época, si un
guerrero alardeaba de su fuerza y humillaba a sus enemigos, se le consideraba
culpable de hibris. Y lo mismo
sucedía cuando un rey abusaba de sus súbditos en beneficio propio. Los griegos
creían que la hibris traería el némesis, o la ruina inevitable.
Afirmaban que la hibris lleva irremediablemente
a la tragedia. Y tenían razón.
El síntoma más
evidente de hibris es la ausencia de
conflicto. Por ejemplo si en un ensayo,
sesión de grabación, etc, nadie se atreve a enfrentarse a ti, si recibes pocas
opiniones de los demás, si hablas más de lo que escuchas, si estás demasiado
ocupado para atender a quienes discrepan de ti, podrías ir de cabeza al
fracaso. Un buen ejemplo de ello podría ser el ex director del Royal Bank of
Scotland . Se dice que “no admitía críticas (…). Todas las mañanas , su círculo
más cercano se reunía y, en algunas ocasiones, los ejecutivos recibían duras
reprimendas”. El Times londinense calificó su liderazgo de “hibrístico”. En consecuencia, quedó aislado de la realidad de la
inminente crisis bancaria, de la que se considera parcialmente responsable, por
lo agresivo y arriesgado de sus operaciones. En 2007, el banco valía 75,000
millones de libras esterlinas. En 2009,
apenas llegaba a las 4,500 millones de libras. Había sufrido “la mayor pérdida
en toda la historia bancaria del Reino Unido”.
Un ejecutivo apellidado Neal, ha descompuesto esta plaga de orgullo en tres
elementos, que aplicaremos al entorno musical, a los que llama “el GET”:
G= G de GANAR , de ganancia personal, lo que es
mío, lo que se me debe.
E= E de EMOCIÓN, mis sentimientos, mis
inseguridades, mis temores, mi identidad.
T= T de TERRITORIO, mis músicos,
mi banda, mi orquesta, mi experiencia.
Son instintos
humanos que todos compartimos y que, con
demasiada frecuencia nos impiden ir en busca de una tercera opción. Nos
preocupa perder la pelea. Nos preocupa nuestra identidad (“¿Soy un perdedor?”).
Nos preocupa nuestro territorio (“¿Quién se llevará los aplausos?”).
Irónicamente, si logramos alcanzar la sinergia juntos, hay más beneficios, más
seguridad y más capacidad de influencia para todos.
En una situación de
conflicto con algún otro músico, si partes de una mentalidad sinérgica, tu
objetivo será transformar la relación.
Sabes lo que vales y puedes ver también lo que vale la otra persona. Encuentra
un lugar privado, siéntate con esa persona y dile: “Ves las cosas de otra
manera, Necesito escucharte”. Y escucha.
Es posible que
parte de lo que oigas no tenga razón de ser. Pero también es posible que
aprendas algo acerca de ti mismo. Quizá te abran los ojos. De lo que no hay ninguna duda, es que te presentarán con gran claridad un punto de vista que antes
quedaba oculto.
Nada de lo que te digan puede herirte o
perjudicar tu valía personal (si eres una persona verdaderamente sinérgica), y
es posible que te resulte útil y amplíe tus puntos de vista.
Escrito por Jonathan "JazzCello" Villafuerte: cellista alternativo, bajista, compositor, arreglista y profesor de Cello Alternativo, Cuerdas Alternativas, Armonía Contemporánea, para instrumentistas de cuerda principalmente, Bajo eléctrico, Arreglo musical y Composición contemporánea.
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